Tequisquiapan

Tequisquiapan tiene un santuario de burros

Se estima que por comunidad puede haber hasta 200 animales que si bien, brindan un servicio a los seres humanos, como: mulas, burros y caballos

La utilización de mulas, burros y caballos para las labores del campo en los municipios de San Juan del Río, Tequisquiapan y Ezequiel Montes, ha disminuido porque los animales de carga han sido sustituidos por vehículos motores.

Sin embargo, en algunas comunidades como Santa Rosa Xajay, Vaquerías y El Sitio los équidos se mantienen porque no siempre existen las condiciones económicas para comprar una camioneta o porque la situación geográfica dificulta el paso de vehículos.

Se estima que por comunidad pueden haber hasta 200 animales que si bien, brindan un servicio a los seres humanos, no siempre son bien atendidos por los propietarios.

Omar Prado Ortiz especialista en Equinos de Trabajo y Coordinador del Programa “The Donky Sanctuary” por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Altiplano, explicó la misión que tienen es transformar la calidad de vida de los burros, las mulas y las personas a través de una mayor comprensión, colaboración y apoyo, promoviendo relaciones duraderas que mejoren mutuamente la vida.

Explicó que desde el 2007 colaboran con productores en las comunidades en mención y gracias a la vinculación se han conseguido avances no solamente para prolongar la vida de los animales, también se procura su reproducción.

“No siempre es posible ingresar una camioneta a las barrancas o zonas de difícil acceso, es ahí donde seguimos aprovechando los équidos que por muy poco hacen una gran labor. Los productores no siempre tienen el conocimiento sobre cómo atender las necesidades de los animales y es ahí donde nosotros intervenimos con el proyecto The Donky Sanctuary”, explicó el especialista.

Donky Sanctuary colabora en todas sus actividades, trabajando a través de una red mundial de organizaciones asociadas, comunidades y personas.

A decir del especialista se trabaja de forma inclusiva con personas frecuentemente marginadas ya sea por la pobreza, ignorancia, raza o discapacidades.

“Tratamos cada interacción como una oportunidad de dos vías para aprender y enseñar. Sabemos que solo juntos podemos ayudar a los propietarios y cuidadores de burros a convertirse en embajadores de bienestar de los burros donde sea que vivan o trabajen”.

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