El otro día conversando, con una gran amiga, platicábamos por chat cómo es que este año trae consigo la sensación de al fin rendirte -pero- …¿Rendirnos en qué o con quién? Pues con todo lo que así lo requiera, en esta cultura occidental materialista se nos enseña y entrena a seguir, no importa cómo pero tu sigue, corre como puerco y no pares, pero a veces las señales son claras y el camino a través de lo sinuoso, confuso, desértico y complicado lo comienza a marcar.
¿A quién has estado tratando de salvar? ¿A quién llevas tanto tiempo aconsejando, apoyando, sanado, jalando, cargando? Aquí aplica en cualquier sentido y nivel, puede ser en la parte monetaria, con esa persona que constantemente recurre a ti, te pide ayuda, dinero o algo material y no “puedes” soltar por que no has podido decir que no.
Puede ser en el sentido de favores, aquella personita que está constantemente presente para pediré un ride, un pequeño favor, que le prestes tu coche, que le pases a comprar algo, pero que de pronto esa energía comienza a sentirse desequilibrada y ya no sientes esa satisfacción o alegría que sentías antes.
Finalmente se puede tratar también de algo completamente emocional cuando es alguien que llevas a cuestas, porque necesita que lo escuches, que lo apoyes, que lo “salves” en fin… sabes a lo que me refiero y probablemente a quien me refiero.
Cada quien es su propia causa y con esto no es una invitación a que te vuelvas alguien despiadado, cruel y egoísta, pero si a que revalúes la situación y si te das cuenta que es ya una balanza desequilibrada, una situación de vida desgastada, carente de vida, y sobretodo llena de energía vieja, date el sagrado permiso de decir: ES TODO LO QUE PUDE HACER POR TI, dejando tu presencia, tu amor y tu honestidad.
Terapeuta: Karla Martínez
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