Vitalidad

Desarrollan moda e impulsan economía circular de la ropa

Estudiantes de la Universidad Mondragón México crean moda a partir de ropa usada; se estima que el mercado de ropa de segunda mano se acelere y para 2028 superará en ventas a la moda rápida

Generar moda a partir del rediseño de ropa seminueva para reducir el impacto medioambiental, es el principal objetivo de la empresa social Volumen II, creada por estudiantes de la carrera de Liderazgo, Emprendimiento e Innovación (LEINN) de la Universidad Mondragón México (UMx).

Como parte del relanzamiento del proyecto a finales de este septiembre, luego de haber incursionado en el mercado de la venta de ropa usada por redes sociales el año pasado, y comprender que podían generar un mayor valor agregado al trabajar en nuevos diseños reaprovechando la ropa donada, comenta Karla Núñez estudiante de la UMx.

“Estamos preocupadas por los problemas ambientales que genera la moda rápida y queremos convertirnos en un referente en Querétaro y desarrollar una marca de moda, responsable con el medio ambiente, dándole una segunda vida a la ropa”, explica la emprendedora.

En 2020, describe, se lanzó la primera propuesta de comercialización de la ropa exclusivamente por Internet con la colaboración con algunas influencers queretanas, que tuvo buena respuesta de ventas, durante la pandemia de Covid-19.

Desafortunadamente, parte del equipo original se retiró de la carrera, por lo que Núñez decidió retomarlo, con dos nuevas socias, Isis Santana y Camila Coro, y reestructurar la propuesta.

“Decidimos hacer nuestros propios diseños con algo más trendy, a partir de la ropa que nos donan, y contratamos a una costurera, con quien establecieron un protocolo para reducir lo más posible el desperdicio de material”, destacó Núñez García.

La alumna de LEINN detalla que toda la línea de ropa que trabajan se genera a partir de donaciones de prendas en buen estado, que actualmente reciben en las instalaciones de la Universidad Mondragón México, ubicada en Ciudad Madera, Querétaro.

“Revisamos la ropa, la sanitizados con químicos que no maltratan ni tela ni colores, la colocamos al sol por un día, la lavamos y volvemos a colocar al sol. Se rediseña, la costurera la trabaja, se vuelve a sanitizar, y con los retazos hacemos listones y ligas para el cabello”, puntualiza la estudiante.

En esta primera etapa, señala, tendrán una colección de 30 diseños para mujeres; pero su objetivo es crear ropa sin género, para que “cualquiera los pueda consumir” y esperan renovar sus colecciones cada tres semanas en promedio, que estarán promocionando, principalmente, por Instagram.

En la siguiente fase, adelanta Karla Núñez, “nos enfocamos en ampliar nuestro canal de venta, al ir a bazares presenciales y estudiamos la posibilidad de comercializar sus diseños en trueque, al cambiar las prendas por otras”, argumenta.

A largo plazo, menciona que van a capacitarse en diseño de modas para profesionalizar su trabajo, mejorar la calidad de sus diseños y generar prendas que estén más en tendencia.

De acuerdo con la firma de analistas ThredUp el mercado de la ropa de segunda mano, a nivel mundial, ha crecido 21 veces más rápido en los últimos tres años y está en ruta para superar al de la moda rápida en 2028.

Sus principales compradores son los millennials y la generación de los baby boomers, representando entre 33 % y 31 % del total de compradores, respectivamente, y asegura que la generación Z es la que impulsa el crecimiento del sector, ya que los miembros de este grupo demográfico adoptan la moda de segunda mano 2.5 veces más rápido, que cualquier otro grupo por rango de edad.

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