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Deportista da vida hasta último aliento

“El Chava”, joven atleta apasionado del futbol soccer y motociclismo, murió de un derrame cerebral, su familia decidió donar varios de sus órganos, dando esperanza de vida a alguien más

La familia Arellano Saavedra tomó la gran decisión de donar diferentes órganos del padre de familia, Salvador Arellano Martínez, quien a los 44 años de edad sufrió de manera repentina un derrame cerebral, y que al ser declarado en estado vegetal tras varias horas de haber sido ingresado al Hospital General de San Juan del Río, sus consanguíneos determinaron dejarlo descansar, pero dando esperanza de mejor vida y sanación a otras personas al donar sus órganos.

“El Chava”, como era conocido entre sus allegados, amigos y todos quienes le rodeaban, fue vecino de la popular colonia Fátima en este municipio, siendo asiduo practicante de deportes, pero el que más le apasionaba era el fútbol soccer y el motociclismo, el fútbol lo practicó por muchos años, combinándolo con su oficio de soldador.

En días recientes, Chava se disponía a pasar un día de diversión con unos amigos, luego de haber llegado del estado de Sinaloa en donde estuvo trabajando por varios meses, sin embargo, esa ocasión el destino le tenía guardada una fatal sorpresa, pues comenzó a sentirse mal por la noche y tuvo que ser trasladado de inmediato a la Cruz Roja, pues comenzaba a perder el sentido; de la base de este centro asistencial fue canalizado al Hospital General, en donde ya inconsciente fue internado y en donde se le diagnostico el derrame cerebral.

Luego de alrededor de dos días de estar con vida artificial a través de la ciencia médica, los familiares de Salvador Arellano tomaron la decisión de desconectarlo, pues no tenía caso, -pensaron-, que continuara sufriendo sin saber el desenlace que podría tener.

En la Coordinación de Trasplantes del Hospital General de San Juan del Río, tras la autorización de sus hijos y esposa, se tomaron los órganos de Chava para ser donados a personas que los necesitaban, en diferentes partes del país y a los que fueron trasladados una vez que se tomaron del cuerpo del donante.

«Chava siempre fue una persona muy sana, deportista y apasionado de las motocicletas, lo que también le inculco siempre a sus hijos que han ido destacando igual que él en lo que les gusta, mi hijo Salvador es seleccionado de voleibol y mi hija también práctica, por eso decidimos donar sus órganos para que sea un ejemplo de vida y mi hija mayor, tras lo ocurrido, me ha dicho que cuando ella muera también donen sus órganos»-manifestó la esposa de Salvador Arellano llena de orgullo, la señora Lourdes Saavedra.

Del cuerpo de Salvador se extrajeron los riñones, pulmones, páncreas, las corneas y parte de su piel para ser cultivada, teniendo como destino y esperanza de vida, a pacientes en espera del estado de Nuevo León, de la ciudad de León, Guanajuato y de la capital de esta entidad queretana.

Salvador Arellano Martínez rindió tributo a la madre tierra el pasado martes, para descansar en el Panteón Municipal N.1 de esta ciudad, pero dejando parte de su vida al ser donados sus órganos y como lo consideran sus familiares, un verdadero héroe y haciendo honor a su nombre de pila: Salvador, por siempre en nuestros corazones, «Chava». Le sobreviven su esposa Lulú, sus hijos Salvador, Mara Ivón y Tere.

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