Vitalidad

Celebran jueves de Corpus Christi con medidas sanitarias en Tequisquiapan

A más de un año de la pandemia, hoy fue retomada la misa presencial para conmemorar el jueves de Corpus Christi en Tequisquiapan

Entre las celebraciones de la iglesia católica en el mundo, una de las más importantes es la del Corpus Christi, dedicada íntegramente a uno de los sacramentos que forman el pilar de esta religión, la Eucaristía.

Cómo cada año, aunque con las debidas precauciones por la pandemia de Covid-19, los fieles preparan esta celebración, donde reconocen la presencia de Jesús de Nazaret simbolizada en el pan y el vino, luego de que, cuenta la historia, un sacerdote viera brotar sangre de la hostia en Bolsena, Italia, en el año de 1263.

Tradicionalmente la fiesta de Corpus Christi sucede exactamente sesenta días después del Domingo de Resurrección, uno de los puntos más importantes de la Pascua, en el jueves posterior al domingo de Solemnidad de la Santísima Trinidad. En algunos puntos del mundo los eventos para conmemorar este día se mueven al domingo siguiente.

Las mulas de Ignacio

América Latina, como herencia dejada por la colonización Española, es una de las regiones con mayor variedad en sus fiestas y celebraciones religiosas, y nuestro país no se queda atrás.

En Ciudad de México y otros puntos del centro y sur del país se acostumbra elaborar o comprar pequeñas mulas de madera, barro u hojas vistosamente decoradas y acompañadas de frutas pequeñas, las cuales se regalan a familiares y amigos como parte del Corpus Christi.

Según la tradición popular, estas mulas se remontan a la historia de Ignacio, un hombre que al ver pasar una procesión en estas fechas pensó en que si de verdad Dios estaba en la Eucaristía, hasta su mula se arrodillará; en ese mismo momento la mula de Ignacio se arrodilló y desde entonces quedan estos coloridos recuerdos de su historia.

La localidad de Berga, en Barcelona, tiene una de las fiestas de Corpus Christi más importantes a nivel mundial, tanto que se ha llevado el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco gracias a su rico valor cultural y larga tradición.

Celebrada desde 1525, la “Patum” se forma de varias comparsas en las que figuras simbólicas, representando a una gran variedad de personajes y situaciones, bailan y escenifican historias entre los presentes con la ayuda de música y artefactos pirotécnicos. Las raíces de esta celebración son tan antiguas que pueden ser rastreadas incluso a los tiempos anteriores a la llegada del catolicismo a la región.

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