En la actualidad es interesante -por no decir preocupante- observar como la mayor parte de nuestra atención está puesta en todos los logros exteriores, en los éxitos laborales, en los títulos o reconocimientos obtenidos, en la imagen física, lo fitness, el maquillaje, los coches, que comer y que no comer y la lista se puede volver infinita en lo que respecta a todo lo que debemos de conseguir y aparentar para poder “pertenecer a la sociedad”.
Y no es que todos debamos de pelearnos con la abundancia, ni descuidar nuestro aspecto físico, pero definitivamente un estilo de vida centrado únicamente en el exterior, es un estilo bastante comprometido, es decir, muchas veces terminamos haciendo cosas que no queremos, nos sentimos sumamente presionados por el “qué dirán”, cumplimos sueños heredados o comprados por la tele, las noticias o las redes sociales.
Un estilo de vida integral, es cuando realmente nos comprometemos con todos los ámbitos de nuestra vida y buscamos un balance que nos sostenga en la armonía, en un equilibrio donde fluyamos como lo que somos, con lo que queremos y con lo que deseamos.
¿Cómo te encuentras en con tu cuerpo, la alimentación y tu cuidado personal? ¿Estás en contacto con tus emociones y contigo mismo? ¿Tú día a día refleja lo que siempre has querido hacer?
Y por último, ¿Estás viviendo la vida que realmente quieres vivir? Si tu respuesta es un sí, muchas felicidades por ser responsable de ti y de tu calidad de vida, pero si tu respuesta fue un no, recuerda que en cualquier instante puedes elegir SER LO QUIERAS SER