La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro se suma al Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que se conmemora el 13 de julio de cada año con el objetivo de fomentar la detección y diagnóstico temprano para la atención y tratamiento de esta enfermedad, que permita una mejor calidad de vida del paciente.
El TDAH se define como un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por niveles problemáticos de inatención, desorganización, hiperactividad e impulsividad y tiene un inicio durante la infancia y puede persistir hasta la vida adulta, impactando en las áreas académica, social y laboral de quien lo padece.
La etiología de este padecimiento es multifactorial, cuya presentación se debe a una interacción compleja de elementos prenatales, biológicos, ambientales, psicosociales y experiencias en la niñez. Los factores de riesgo pre y perinatales pueden ser prevenidos al realizar un adecuado control prenatal con consultas de seguimiento.
Según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 2021, entre el cinco y seis por ciento de la población entre 6 y 16 años padece TDAH, lo que supone alrededor de un millón 600 mil niños y niñas.
Respecto a los síntomas del TDAH y según la clasificación categorial de los trastornos mentales existen tres subtipos: con predominio de la falta de atención; en la que predomina la hiperactividad/impulsividad y la presentación combinada.
En lo que se refiere al tratamiento, es fundamental la atención integral y multimodal, donde se incluya la parte médica, psicólogos, maestros, familiares y del círculo social.
Además de la orientación terapéutica multidisciplinaria se recomienda:
- Dividir las tareas.
- Establecer un espacio específico sin distracciones.
- Fijar un tiempo para cada tarea.
- Crear una rutina.
- Hacer ejercicio físico diario.
- Centrarse en una sola actividad.
- Evitar el uso de ingredientes artificiales en la preparación de alimentos.
- Disminuir o eliminar la ingesta de azúcares refinadas.
- Incrementar el consumo de proteínas y carbohidratos complejos, como granos enteros y vegetales.