Educación

Necesario pensar en todos los escenarios de la contingencia sanitaria

Si esta contingencia no se trata de controlar, México seguirá con repercusiones sociales, políticas y económicas altas

Inició oficialmente la fase 2 de la epidemia de COVID-19 en el país, que implica la “transmisión comunitaria”; es decir, ya aparecieron casos que no son explicados por haber viajado ni por haber estado en contacto con un viajero.

“Este escenario ya se había anticipado en la UNAM, con la propuesta de un plan con medidas claras para implementarse y que las escuelas, universidad y sociedad pudiesen trabajar de manera más armónica para responder a esta amenaza”, afirmó Malaquías López Cervantes, miembro de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.

“Comienzan a surgir contagios que teóricamente no tenemos manera de controlar. Cuando se trataba del confinamiento de viajeros podíamos suponer que no habría contagios hacia el exterior, pero ahora que ya no sabemos quiénes son los infectados ni a quiénes están infectando, entramos en un terreno oscuro donde cuesta trabajo dimensionar los riesgos y cuáles debieran ser las formas de control”, opinó el académico.

Comentó también que tras declarar la fase 2, se circuló un oficio donde se define el cambio de lo que se considera caso de la COVID-19, y únicamente se harán pruebas confirmatorias a quienes presenten enfermedad grave, así como a uno de cada 10 personas sospechosas de padecer la enfermedad.

En el mundo se han ensayado diversas acciones desde que apareció este coronavirus, en China, a finales del año pasado; la más extrema es la cuarentena, cuando a la gente se le pide que permanezca en su casa sin salir por ningún motivo, más allá de buscar atención médica, alimentos o lo esencial para sobrevivir.

El docente de la Facultad de Medicina mencionó que si algún miembro de la familia o del grupo con el que se habita estuviese contagiado, podría contaminar a los demás dentro de la vivienda, pero no a los vecinos, a menos que haya algún tipo de contacto. Esta acción, que debiera minimizar y eventualmente cortar la cadena de transmisión, es difícil de implementar.

“Para evitar la transmisión se propuso detener todo durante dos semanas, pero esto depende de cuántas personas han sido contagiadas y desarrollarán la enfermedad. Al final de los 14 días se debe saber cuántos enfermos hay, porque si la actividad se reinicia después de este periodo, lo más probable es que quienes estén en etapa presintomática inicien de nuevo cadenas de transmisión, y entonces será difícil controlar la situación”, opinó el especialista.

Debido a ello se podría pensar en prolongar más el periodo de aislamiento para extinguir cualquier posibilidad de contagio; sin embargo –de acuedo con la estimación del doctor Malaquías–, la repercusión en términos sociales, políticos y económicos será muy alta. Según dijo, con ello vendrá la fase 3, en la que se darán contagios entre gran cantidad de personas, y en la medida en la que este virus se deje suelto sin ninguna restricción.

Algunas recomendaciones

“Una forma de pasar esta etapa es dejar que se contagien los jóvenes, asumiendo que no desarrollarán una enfermedad severa, y que al aumentar la inmunidad del grupo de personas menores de 50 años también se va a cortar la cadena. A esto se le llama ‘inmunidad de grupo’ y lo que importaría en este escenario sería proteger a las personas que son susceptibles, como las mayores de 50 años”, consideró el académico.

Asímismo, indicó que surge la duda de con qué recursos cuenta México para atender a personas bajo estas condiciones; se tiene un escenario complejo, porque habrá dificultades de atención médica al presentarse varios casos urgentes en un breve tiempo (pico de la epidemia).

“Existe la propuesta de aplanar este pico y lo que tenemos a nuestro alcance es la posibilidad del aislamiento social, aunque no existe información que nos diga si se disminuye la movilidad en un 50 por ciento o en un 60, una posibilidad suficientemente alta de controlar la aparición de casos nuevos y diseminarlos a través del tiempo”, opinó López Cervantes.

Finalmente, el universitario refirió que es necesario abrir más la información para saber dónde se están detectando los casos de contagio comunitario, que al parecer hasta el momento son siete. Y se requieren también alertas a la población para que conozca dónde suceden cada uno de los fenómenos más importantes de la epidemia para mejorar la forma de responder ante esta amenaza.

https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2020_262.html

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba