Las lluvias son bienvenidas
Las lluvias mejoran la calidad del aire, recargan los mantos freático y alimentan las reservas de agua potable; por ello son de gran beneficio
Cuando pensamos en lluvias, usualmente, estamos acostumbrados a relacionarlo con aspectos negativos como no poder salir, tráfico, inundaciones, frío.
Pero en términos medioambientales las precipitaciones pluviales representan todo lo contrario: mejoran la calidad del aire, recargan los mantos acuíferos y alimentan las reservas de agua potable, entre otros beneficios.
Mantener y procurar el ciclo del agua es vital para los ecosistemas y la vida humana; en el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto su conservación ha sido una prioridad, por lo que ante Naciones Unidas se propuso un panel sobre el agua en momentos en que la situación se prevé cada día más adversa.
En los últimos cinco años, a nivel mundial, el ciclo del agua se ha modificado; el cambio climático, un tema en el que México tiene un papel de liderazgo internacional, ha aumentado la temperatura de los océanos entre 0.5 y un grado centígrado por arriba de su promedio, y la del ambiente, un grado centígrado por encima de la media global.
Como consecuencia, aunque llueve la misma cantidad de agua aproximadamente, se precipita a mayor intensidad en menor tiempo y en distintas zonas de forma simultánea. La frecuencia y distribución de las lluvias se modifica de una zona a otra y de temporada en temporada.
Ante este panorama, destacan las obras de infraestructura hídrica del Gobierno de la República, a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con tres fines claros: garantizar un mayor abasto de agua, fomentar su uso responsable y proteger a las poblaciones vulnerables tanto a lluvias como a inundaciones.
Actualmente 14 millones más de mexicanos tienen acceso al agua potable, gracias a que alcanzamos con obras una cobertura de 94.5 por ciento, superando la meta sexenal. Además, gracias a programas como Procaptar, que aprovecha el agua pluvial en comunidades dispersas o alejadas, 54 mil mexicanos también tienen garantizado el abasto.
Para proteger a poblaciones expuestas y vulnerables a las grandes lluvias y a los cauces del río se han invertido 48 mil 500 millones de pesos en presas, bordes y dragado de ríos.