La brutalidad y abusos policíacos en Estados Unidos van más allá del racismo

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Por: Ana Silvia Campos Rico

Otro caso de abuso policial extremo explotó esta semana en Estados Unidos, luego de que se difundió un video donde se observa cómo cinco oficiales, que ya fueron detenidos, golpean brutalmente a un ciudadano, quien murió tres días después a consecuencia de la paliza. Su nombre, Tyre Nichols, afroamericano de 29 años, hombre trabajador y padre de un pequeño de cuatro años de edad.

El video de la cámara corporal de uno de los policías, muestra cómo el 7 de enero, en Memphis, Tennessee, a Nichols le marcan el alto en un puesto de tráfico, pero de inmediato es tratado como criminal, sacado agresivamente de su auto, golpeado e insultado, mientras él sorprendido pregunta qué está pasando; pero llega un momento en que teme por su vida y corre asustado, pero los policías le dan alcance y comienza una tunda a puñetazos y patadas, además de ser electrocutado con una pistola eléctrica. La familia de la víctima fue la que tuvo acceso a este video y lo hizo viral para exigir justicia.

El jueves 2 de febrero, inició el proceso contra los cinco agentes, también afroamericanos, por asesinato en segundo grado, por el que los pueden sentenciar de 15 a 60 años de cárcel, además fueron acusados de asalto agravado y secuestro por su mala actuación durante la detención de Nichols.

Un día antes, cientos de personas, entre ellas la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y el reverendo y activista Al Sharpton acudieron al funeral de Tyre Nichols para conmemorar su vida.

el reverendo pronunció un emotivo discurso donde destacó indignado que «no hay nada más insultante y ofensivo para aquellos de nosotros que luchamos por abrir puertas”, que hoy, una vida haya sido arrebatada de la misma manera que hace más de 50 años.

Por su parte, Kamala Harris señaló que “las madres de todo el mundo, cuando nacen sus bebés, rezan a Dios cuando sostienen a ese niño, para que ese cuerpo y esa vida estén a salvo el resto de su vida».

En este funeral estuvieron presentes familiares de otras personas afroamericnas que de igual forma fueron asesinadas recientemente a manos de la policía, entre ellos Tamika Palmer, madre de Breonna Taylor y Phil Floyd, hermano menor de George Floyd.

La descomposición social tristemente es cada vez más dramática y en Estados Unidos no puede desligarse del racismo que aún en el siglo XXI, no puede ser superada. Sin embargo, en el caso de Tyre Nichols, sus asesinos no eran policías blancos como en el resto de los lamentables casos ocurridos recientemente y que hay que decirlo, incrementaron cuando Donald Trump llegó a la presidencia con su discurso supremacista. No, ahora los victimarios eran “hermanos”, como se llaman entre ellos por ser “negros” y pertenecer a un sector de la población históricamente maltratado en ese país (y en el mundo en general).

¿Qué pasó entonces? ¿Por qué estos policías se ensañaron así en contra de un “hermano”, un ciudadano inocente? Sin importar el color de la piel, el asesinato de Tyre Nichols y las otras víctimas es inaceptable y peor aún cuando los victimarios son policías abusivos, cuya misión es proteger la vida, no aniquilarla.