Investiga UAQ mutaciones genéticas que generan resistencia a quimioterapia en cáncer de colon
Esta tecnología permite optimizar tratamientos oncológicos, evitando quimioterapias ineficaces y reduciendo costos médicos.

A través de un equipo encabezado por el profesor investigador de la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Dr. Héctor Paul Reyes Pool, se ha creado un método innovador para detectar, de forma accesible y rápida, si una persona con cáncer de colon es resistente a determinados tratamientos oncológicos. El objetivo no es diagnosticar el padecimiento, sino identificar cambios genéticos que indican si el organismo responderá o no a los medicamentos prescritos.
El estudio se basa en un sensor óptico compuesto por nanopartículas de oro, a las que se les adhieren estructuras sintéticas llamadas aptámeros, que son fragmentos de ADN diseñados específicamente para hallar una mutación puntual en el gen KRAS, la cual está estrechamente relacionada con la refractariedad a ciertos fármacos. Estos sensores producen un cambio visible de color cuando encuentran una anomalía, permitiendo una lectura cualitativa inmediata.
Esta tecnología, actualmente en fase de maduración tecnológica tres (una etapa que cuenta con resultados sólidos de laboratorio), busca avanzar rumbo a la validación clínica en pacientes. Para ello, la investigación requiere respaldo financiero que permita escalar el proyecto hacia su aplicación médica directa, lo que implica realizar pruebas en condiciones reales y establecer alianzas con instituciones de salud.
El beneficio social de este desarrollo es significativo: reduce el uso innecesario de quimioterapias ineficaces, evitando pérdida de tiempo valioso en el tratamiento, costos excesivos para familias y sistema sanitario y, lo más importante, mejora la calidad de vida del paciente. En países, como México, donde el análisis no está disponible masivamente, esta innovación representa una alternativa económica frente a exámenes que se realizan en el extranjero, con precios que superan los 60 mil pesos.
La técnica utiliza un proceso de extracción de material genético, a partir de muestras de tejido afectado. Posteriormente, ese ADN se mezcla con los localizadores y, si existe alteración, las partículas comienzan a agruparse generando una transformación visual que puede observarse incluso sin equipos especializados o, bien, medirse con técnicas de espectroscopía para obtener mayor precisión en concentraciones más bajas.
La investigación también contó con la colaboración de la experta en bioinformática de la Facultad de Medicina de la UAQ, la Dra. Gabriela Hernández Puga, quien diseñó las secuencias genéticas complementarias necesarias para localizar las alteraciones específicas del cáncer de colon. Aunque el financiamiento inicial provino de un fondo institucional ya concluido, los investigadores ven en esta propuesta una gran oportunidad en la lucha contra la enfermedad.