Queretaro

Diputados de Morena trabajan contra la homofobia

Diputados de Morena presentaron exhorto para que dependencias de los 18 municipios realicen actividades alusivas al Día Internacional contra la Homofobia, el próximo 17 de mayo

Los diputados por Morena, Armando Sinecio Leyva y Christian Orihuela Gómez, acompañados de integrantes del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico, encabezado por Walter López, presentaron en Oficialía de Partes, la Iniciativa de acuerdo por el que la LX Legislatura exhorta a los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, a los Ayuntamientos y a los organismos constitucionales autónomos, para que el día 17 de mayo, realicen actividades y campañas internas y externas alusivas al Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y Bifobia”.

La Organización de las Naciones Unidas, en 2004, proclamó el 17 de mayo como el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y la Bifobia, en conmemoración del día en que se eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales por la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud, 14 años antes, en 1990.

El Día Internacional de la lucha contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia es la expresión de respeto de una sociedad, en la que se acepta la diversidad y se reconocen los derechos de las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género, creando un ambiente de respeto hacia las personas LGBTTI.

Diputados y activistas consideran necesario generar mecanismos dentro de las propias dependencias públicas para responder ante eventuales actos discriminatorios. Para ello, las instituciones públicas deben contar con una política preventiva de actos discriminatorios en el ejercicio cotidiano de su quehacer, a través de protocolos y guías de actuación para brindar servicios sin discriminación, así como campañas internas y externas que informen e inviten a denunciar actos discriminatorios. También es necesario que los recursos para ello sean accesibles y no revictimizantes, así como es preciso generar un sistema de información o registros de las quejas por discriminación presentadas.

Toda vez que la discriminación es un problema social de carácter estructural cuya incidencia tiene una fuerte correlación con determinadas características propias de ciertos grupos de la población, tales como: condición social, etnia, creencias religiosas, políticas, así como la discriminación racial, entre otras; afectando de manera repetitiva y sistemática el acceso, ejercicio y goce de los derechos humanos de quienes forman parte los grupos discriminados, vulnerando su dignidad, libertad, autonomía y autodeterminación.

El Estado mexicano tiene la obligación de proteger a la sociedad de actos discriminatorios en virtud de la cláusula de igualdad material, a partir de la generación de un diseño institucional adecuado, y de un cuerpo normativo consistente que cuente con mecanismos para prevenir, atender y sancionar conductas discriminatorias.

La discriminación suele ser entendida como un trato injusto de unas personas hacia otras, en virtud de la pertenencia de estas últimas a un grupo social sobre el cual existen prejuicios u opiniones sociales negativas. La discriminación no se restringe a las prácticas individuales, ya que tiene profundas raíces en un orden social e histórico que trasciende las conductas aisladas de las personas. Asimismo, la discriminación tiene consecuencias colectivas que van mucho más allá de las relaciones interpersonales, entre ellas la privación en el disfrute de los derechos y la reproducción de la desigualdad social.

Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género reales o percibidas de las personas constituyen un patrón global y arraigado que es motivo de seria preocupación. Entre estas violaciones se encuentran los asesinatos extrajudiciales, la tortura y los malos tratos, las agresiones sexuales y las violaciones, las injerencias en la privacidad, las detenciones arbitrarias, la negación de empleo o de oportunidades educativas, así como una grave discriminación en el goce de otros derechos humanos. Estas violaciones a menudo se ven agravadas por la vivencia de otras formas de violencia, odio, discriminación y exclusión, como aquellas basadas en la raza, la edad, la religión, la discapacidad o la condición económica, social o de otra índole.

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