Dan último adios a víctimas de tragedia en La Valla

Habitantes de la comunidad de La Valla, en el municipio de San Juan del Río, despidieron a quienes perdieron la vida en el trágico accidente del 11 de octubre, en el que un autobús de pasajeros fue embestido por la locomotora.

Desde temprana hora, amigos y familiares de las víctimas se organizaron para preparar el terreno al interior del campo santo, en donde fueron depositados los 9 cuerpos; esto con la intención de -en un corto plazo- construir un monumento en memoria de las víctimas del percance.

Gabriel Reséndiz Martínez, delegado de la comunidad, reconoció que se ha tenido apoyo por parte de la administración municipal y de Gobierno del Estado; sin embargo, la afectación psicológica fue para todos los que conocieron a las víctimas o que están vinculados con sus familiares.

“Somos una comunidad muy unidad, para las diferentes actividades que realizamos hay coordinación y por ello es que prácticamente todos nos conocemos. El dolor que embarga a la comunidad es muy grande y sí hemos tenido apoyo por parte del municipio y del estado, pero necesitamos atender la parte psicológica”.

Explicó que la principal molestia por parte de los habitantes es en el sentido de que el accidente se pudo haber prevenido; en lo que respecta al conductor del autobús, también es habitante de la comunidad y si bien podría tener un responsabilidad, al final quien lo determinará son las autoridades de la Fiscalía General.

En punto de la 16:00 horas comenzó la misa con los cuerpos presentes; la ceremonia fue encabezada por el Vicario de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril quien -a través de su mensaje- procuró brindar consuelo a la comunidad.

“En una pena que a todos nos embarga y por ello como comunidad debemos estar unidos porque la muerte es el principio, es el principio del descanso eterno. Por eso estos hermanos nuestros que acaban de dejarnos, ellos han dejado sus dolores. Han dejado sus fatigas, Han terminado todo. Ellos pueden descansar eternamente en el cielo. Por eso la muerte es la entrada al descanso eterno”, explicó Martín Lara Becerril.

Al término de la misa en la iglesia de Santa María de Guadalupe, se estableció el corte fúnebre que llevó en brazos los ataúdes de los difuntos hasta el panteón de La Valla en donde los cuerpos fueron sepultados para darles cristiana sepultura.