Hoy en día muchos recuerdan hasta con un leve sentido de nostalgia lo que lograban los órdenes antiguos, es decir los regímenes autoritarios que dictaban el camino, “la línea” que había que seguir para poder hacer lo que se presumía correcto, aunque la opinión pública no se consultara y fuera inexistente pues todo era a través vez de un decreto que marcaba el paso y el son al que había que bailar, y todos bailaban al ritmo del nacionalismo Revolucionario, 1,2,3 qué pasó tan “chevere”.
Entonces existía una lucha entre ser autoridad y ser autoritario, una línea muy delgada donde en un simple ejemplo bajado a la base principal de cualquier sociedad como lo es la Familia; se disputaba ese dilema, cuando se decía que estaba correcto que un padre que tiene que hacer valer su autoridad como tal, pero esto no quería decir que se le estaba empujando a dar órdenes sin más y así obligar a hacer las cosas que imponía por solo ser el “jefe de familia”.
Pero lamentablemente esto es lo que muchas veces se solía entender y que también funcionaba otorgando poderes supremos a la figura paterna, y de igual manera se veía a “Papá Gobierno”; condición que a muchos comenzó a desagradar por qué el ser humano por naturaleza no le gusta la opresión, entonces de pronto los gobiernos empezaron a medir la opinión pública, haciendo un concurso de popularidad de los temas políticos del estado, pues la masa ya no estaba tan de acuerdo en recibir la indicación exacta de lo que tenía que” bailar” y entonces surgía la intención del voto en la sociedad y los valores de nuestra sociedad y así podíamos ver el comienzo de la democratización de nuestros sistemas, lo cual a mí entender se ha venido combinado se ha venido mezclando en la sociedad y hemos hecho un revoltijo de valores democráticos con las secuelas del autoritarismo, alguna vez escuche que éramos ciudadanos de baja intensidad una especie de combinación o mutación que se dio a causa de tener un papa autoritario y una mamá demócrata, esto en él sentido figurado.
Dicen los que saben que cualquier acción que pretenda educar sólo tendría éxito si llega a cautivar la cabeza y tocar el corazón, lo que no se consigue imponiendo, más bien guiando, dándole un faro de luz a la persona con razonamiento y fomentando una conducta íntegra y fundamentada, también dicen los que saben que en la mutación habría que reconocer una doble condición que resulta paradójica.
Así como las mutaciones son dañinas (enferman a quienes las padece), también son necesarias a futuro ya que permiten la evolución y, de este modo, garantizan la supervivencia de las diversas especies.
Entonces es aquí donde entra el gran dilema pues el régimen autoritario sin duda a marcado a nuestra sociedad mexicana, dejando una estela de prejuicios sobre los regímenes políticos de nuestro país y a la vez tenemos hoy en día una diversidad gigantesca de información que ya viene cargada de muchas más tintes de equidad y democracia, ahora, ¿cómo podemos manejar esta información y hacerla equilibrar en nuestras vidas?, sin llegar a Libertinajes donde confrontemos a la llamada autoridad marcada por leyes y organismos socio-políticos creados para la organización social pero sin repetir el seguimiento zombie y borrego que marcaba el viejo sistema?
Hoy es de observancia y a microscopio y lupa, que se ha generado una especia de matrimonio entre prejuicios y valores autoritarios del pasado con las ideas democráticas del presente, ciudadanos de baja participación- práctica- real que brindan opiniones en todas las plataformas digitales del momento con una predisposición marcada de los dos tipos y con la capacidad de obtener información variada de muchos canales sin movilización política, sin generalizar por qué se qué hay muchos que despiertan a la accion y dejan la contemplación.
Amigos hoy vivíos Entre la democracia y el autoritarismo, entre la lucha de supervivencia del centralismo y el federalismo Sub-ejecutado, estamos entre un régimen presidencialista y uno parlamentario que intenta hacerse eficiente y leal a la gente, sin duda amigos creo que no hay democracia perfectas, pero todo en la vida es también perfectible o de mejora continua, hay mucho todavía que mejorar y emprender mucho aún qué podemos hacer, pero cuidado sin caer en dilación porque esta también puede mutar en corrupción sin prisa pero sin pausa en el objetivo de seguir avanzando a un terreno de justicia, igualada y verdad, de trabajo, lealtad y respeto a las jerarquías, en pro del orden, la organización y la evolución.
Se vale soñar nos leemos en la próxima amigos.